Creo en mi potencial como persona migrante
Creo en mi potencial como persona migrante

Creo en mi potencial como persona migrante

Por Astrid Loyo. Voluntaria de ONG RedReto.

Alguna vez te has preguntado ¿por qué si tengo competencias, soy inteligente, estudiosa, no tengo la misma abundancia que otras personas? ¿Qué me hace diferente? En este post, te invitamos a creer en tu potencial como persona migrante.

Estas y otras interrogantes me llevan a reflexionar acerca de lo interesante de tener un potencial humano distinto, en consecuencia la tarea es desarrollar mi propio potencial humano, lo cual supone la necesidad de tener claro cuáles son mis atributos intrínsecos, es decir, inteligencia, carácter, entre otros, para  luego revisar cuáles son mis competencias, capacidades y hay que sumarle a esto, mis actitudes. 

Todo lo que hacemos en la vida, está determinado por nuestras actitudes. Una actitud mental positiva y constructiva me direcciona hacia el logro. 

Permanentemente reviso mis propias expectativas, porque si espero que las cosas vayan bien pues así irán y de pronto pueden pensar que es positivismo puro y no es así, es simplemente entender que mi actitud frente a los los acontecimientos depende de mis juicios y diálogos internos, así mismo, estas interpretaciones se ven permeadas poderosamente por el auto concepto que tengo de mí misma. 

Significa que todos los cambios y modificaciones de mi entorno dependen de lo capaz que sea o no de hacer cambios en mi, vaya tarea la que me toca.

Ahora bien, vemos entonces que nuestro potencial depende de la percepción que tenga de mis habilidades, mis competencias y mi autoestima,  si esta amalgama de elementos está en un nivel bajo ¿Cuál creen ustedes que va a ser nuestro desarrollo potencial? ¡Eureka! he pasado años atendiendo el efecto y no la causa. 

Lo que yo crea como verdadero, se vuelve en una verdad para mi. Entonces, tengo juicios de mí en mi rol como madre, esposa, hija, hermana, trabajadora en fin, desde los diferentes escenarios donde me muevo tengo una identidad que me he construido y ha sido por mucho tiempo mi verdad. 

Hoy por hoy me hago las siguientes preguntas: ¿Cómo me veo en el futuro? (este tema de temporalidad lo abordaremos en otro artículo), ¿Cuál es mi autoconcepto? Y ¿Cuál es mi autoestima, cuán conforme estoy conmigo en estos roles?.

Recuerdo que mi madre siempre decía, “nadie da lo que no tiene” si alguien me dice que le regale un millón de dólares  pues es imposible dárselo, porque en este momento no lo tengo (es cuestión de tiempo…) si mi autoconcepto es limitado, ¿qué puedo irradiar a mi entorno? El respeto y amor que me tenga será el que sea capaz de dar y recibir.

Cuando éramos unos niños nos creíamos todopoderosos, nuestros padres hacían grandes esfuerzos para evitar que nos hiciéramos daño, además teníamos el atributo de poder decir no con toda naturalidad, estos atributos de creer en que yo puedo y además decir no quiero, lo vamos perdiendo con nuestro proceso de socialización, recuerdo cómo mis padres “premiaban mi obediencia” “si te portas bien te compro tal cosa, sí haces lo que te digo te recompenso” así fui creciendo siguiendo un patrón que me permitiera obtener “recompensas” cuyo precio era amoldarme a su visión de ver el mundo y no la mía. 

Cierto es que es necesario comprender el funcionamiento de lo social como un hecho donde las normas son importantes y que nuestros padres hacen lo mejor que pueden con las herramientas (pocas o muchas) que tienen y aplaudo a esos padres y madres que asumen su rol como tales.  

Sin embargo, hoy reconozco que los patrones con los que crecí sembraron en mí temor al rechazo y la necesidad de querer complacer a los otros y pues agradezco que lo reconozca y estoy trabajando en ello para cambiarlo. Para mí en este proceso la herramienta de las preguntas son una puerta a un universo de posibilidades importantes, 

Por ejemplo, he presentado un proyecto y me han negado el financiamiento, ante tal circunstancia me pregunto: ¿Qué debo mejorar para que mi proyecto sea elegible? ¿Qué otras opciones tengo para presentarlo? Es decir, me enfoco en construir una nueva oportunidad.

El foco debe estar en trabajar para superar las áreas de oportunidad que reconocemos, definir las acciones necesarios para lograr los objetivos y sobre todo mantener una visión de futuro que nos haga vibrar, que haga que nuestro corazón se llene de emoción y sobre todo, agradecer hasta lo que no hemos logrado aún porque es una señal de que si lo estamos pensando ya está en nuestro campo de energía donde crees en tu potencial como persona migrante.